Big Little Lies, lo que la verdad esconde
No siempre
son necesarias múltiples temporadas y capítulos para contar una buena historia.
Big Little Lies, la última producción de HBO, basada en el libro de Liane
Moriarty con título homónimo, es una mini-serie de tan sólo 7 episodios que ha
maravillado. ¿Cuál es su secreto?
Esta
pregunta tiene más de una respuesta. Big Little Lies es la atinada mezcla de
varios elementos que la convierten en un producto relevante, interesante y más
que necesario actualmente.
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Una gran verdad que conviene resaltar |
Por un lado,
su historia, acertadísima mezcla entre drama, thriller y humor negro. Como
telón de fondo, tenemos un asesinato, dato que sabemos porque a medida que
discurre la trama entrevemos pequeñas piezas en las que los habitantes del
pueblo son interrogados acerca de ese hecho. Con ese hilo, logra mantenernos
pegados a la pantalla, deseosos de saber quién ha sido el asesinado y quién ha
cometido el crimen. Y, sin embargo, esto no es ni de lejos lo importante en la serie.
Para nada.
La clave
vital de Big Little Lies es la multitud de temas que trata, con precisión
quirúrgica, sutileza, savoir-faire y sin ser condescendiente ni edulcorar
ciertas situaciones.
Así, por
ejemplo, la serie trata temas como el acoso escolar en los más pequeños (que en
el fondo es la base de la trama, el hilo del que luego se va tirando para
descubrir los no pocos secretos de sus personajes), la infidelidad en el
matrimonio, la paternidad, la violencia de género, el maltrato físico y
psicológico, el snobismo, la educación, la presión social, la hipocresía de los
pueblos pequeños y cómo a veces los padres no se dan cuenta de la enorme
presión que imponen en sus niños para alcanzar sus objetivos.
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Maravilloso personaje el de Witherspoon |
Sin duda,
otro de los elementos clave en la calidad de la serie pasa por su maravilloso
elenco. Y ya no sólo me refiero al trío protagonista; una fantástica Reese
Witherspoon, a la que es imposible no adorar incluso cuando se equivoca; una
increíble e inesperada Shailene Woodley, que demuestra que no sólo es hábil en
la interpretación de personaje más juveniles y cuyo papel es quizá uno de los
más duros de la serie; o una magistral Nicole Kidman, que vuelve a brillar como
ella sabe en un papel duro, crudo y llevado con suma delicadeza.
Sin embargo,
también es justo destacar a Adam Scott, que demuestra que no siempre ser el
marido perfecto te asegura nada en la vida; una increíble Laura Dern, madre
fuerte, independiente e impetuosa que hará lo indecible por proteger a su hija,
o el difícil papel de Alexander Skarsgard, que se pone en la piel de
maltratador y logra una interpretación muy convincente.
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Cuando los padres son peores que los hijos |
La suma de
todos estos ingredientes es lo que hace grande a Big Little Lies. El poso que
deja en el espectador cuando ha finalizado, cuando todo llega a su fin, en una
resolución consecuente y lógica que, sin embargo, quizá ha sido un pelín
apresurada. Con todo, no es ni mucho menos óbice para dejar de darle una
oportunidad a esta pequeña joya que, lo digo ya, es una de las mejores series
de 2017, pese a que el año no haya llegado ni a su ecuador.
Big Little
Lies es una oda a la vida sin secretos, a la fraternidad entre mujeres, la
lucha por el verdadero bien común y la unión por la protección de nuestro
futuro, que al fin y al cabo son los más pequeños de la casa.
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Una imagen vale más que mil palabras |
1 comentarios:
Buenas ^^
Si abarca tantos temas, fijo que la veo. Gracias por la recomendación ^^
Saludos.
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